Lecciones de comunicación y relaciones públicas en los JJOO de Londres

Resulta evidente que el deporte mueve masas y traspasa fronteras. Con la celebración de los XXX Juegos Olímpicos en Londres, hemos podido apreciar la gran trascendencia que tiene un evento de magnitud mundial como son las olimpiadas. Por este motivo, promover una imagen de marca y las relaciones públicas es tan importante. No pretendemos hablar de Usain Bolt, Mo Farah o el éxito del deporte femenino español en esta competición, sino incidir en la trascendencia que tienen los eventos deportivos globales para afianzar una posición o sacarla del olvido para ponerla en boca de todos. En definitiva, el poder de la comunicación y las relaciones públicas.

Dubsar PR tuvo la oportunidad de acudir durante una semana a los juegos olímpicos y apreciar in situ la trascendencia que adquiere un evento como este. Decenas de miles de personas transitando el parque olímpico, llenando los estadios, recorriendo la ciudad y viviendo en primera persona las olimpiadas. Este es el escaparte en el que se desenvuelven las federaciones nacionales. Una de las que mejor entendió el concepto fue la delegación suiza. Los helvéticos situaron su centro de operaciones (llamado casa de Suiza) en el Southbank de Londres. Es decir, cerca del Támesis a la altura del puente de Londres. Esta es una de las áreas más transitadas de la capital británica y que más de moda se han puesto en los últimos años. Aparte de la localización, apostaron por abrir sus puertas a cualquier persona, mostrando su gastronomía, tradiciones y todo lo que estuviera relacionado con Suiza. En otras palabras, hicieron un ejercicio de relaciones públicas encomiable; tanto si a uno le gusta su comida como si no. Pues, a fin de cuentas, siempre podías tomarte algo viendo la pantalla gigante que instalaron.

El caso español fue diferente. Se trasladaron hasta el suroeste londinense. Concretamente en la zona de South Kensington. Una de las áreas más caras de la ciudad y eminentemente residencial. Utilizaron un hotel para crear la llamada «Casa de España», a la que solo podían entrar personas a recoger entradas y miembros de la delegación española. Si lo comparamos con la apuesta de la federación suiza, se demuestra qué se puede mejorar de cara a otro evento mundial en términos de comunicación y relaciones públicas. La marca España queda borrada del trasiego de los asistentes a las olimpiadas y se pierde un escaparate sin parangón como son los juegos olímpicos. En definitiva, se pierde todo tipo de visibilidad y de conexión con el público, a excepción de los éxitos deportivos que se obtengan. Por este motivo, la comunicación y las relaciones públicas nunca se pueden dejar de lado; porque es muy sencillo perder una oportunidad como la de las olimpiadas.

 

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